LEYES QUE AFECTAN AL MONTAÑISMO

by Ricardo | 17 julio, 2021 4:58 pm

por Pedro Solana Murillo

El asociacionismo  barbastrense en lo que respecta a las montañas pirenaicas se remonta a los grupos de Exploradores, antes incluso de la Guerra Civil. Más tarde, en 1949, se fundó Montañeros de Aragón y durante más de setenta años ha  canalizado  el amor de los barbastrenses por su Pirineo. Como todo en la vida, este deporte  ha ido evolucionando y en los últimos años  hemos ido muy rápido hacia una verdadera “revolución”. Recuerdo que a mediados de los ochenta, cuando empezaron a conocerse las empresas de guías me posicioné totalmente en contra, me parecía aborrecible cobrar por sacar gente al monte. Sin embargo  mi opinión cambió pronto  y llegué a admirar estas actividades en las que  disfrutan muchos turistas  de nuestro  río Vero.

Ahora se llevan los retos personales y se  llevan a cabo en carreras por montaña  calificadas de “ultras” por sumar largas distancias y durar muchas horas. Personalmente no me convencen pero no queda más remedio que reconocer que están ahí, que forman parte de un deporte que se reinventa cada día y que arrastran a multitud de jóvenes a prepararse y competir para cumplir sus retos.

La seguridad es una  máxima que siempre se ha tenido en cuenta en este deporte.  En aras a garantizar la seguridad  surgieron los grupos de rescate de la Guardia Civil y también en aras a la seguridad se recomienda contratar un guía para  subir al Aneto si no se tiene acreditada la experiencia necesaria. En la reciente Ley aragonesa  del Deporte  nos encontramos con que se hace tabla rasa de las modalidades  deportivas y  desde la óptica de la empresa  se obliga a cualquiera que conduzca un grupo a estar en posesión de un título de Técnico Superior, es decir, una titulación de guía de montaña  metiendo en el mismo saco a empresas y clubes de benévolos. Ante la amenaza que pende sobre los clubes de montaña se pidió hablar con los políticos  que han aprobado esta Ley del Deporte y en principio se ha abierto una senda para el diálogo intentando contemporizar la norma con la actividad de los voluntarios que hemos sacado a nuestros socios por veredas y valles durante décadas.

En nuestro club MAB ya habíamos ejercido de monitores bajo el paraguas  de la Escuela Aragonesa de Montaña, dependiente del FAM. Porque la FAM ha sido pionera en muchas cosas, entre las que se podría incluir la necesidad irrenunciable de proteger nuestro entorno montañero, buscar el desarrollo de los pueblos y gentes que habitan las montañas y pioneros también en campañas a cerca de la seguridad como Montañas Seguras, dedicada a informar y aconsejar a los visitantes de valles y barrancos.  Con el pasar de los años nuestras inquietudes han dejado de ser pura ensoñación deportiva con un marcado tinte romántico a estar sujetos a unas regulaciones severas que han limitado prácticas de escalada en zonas de nidificación o prohibido ascender por el glaciar de Monte Perdido o surcar los parajes nevados del Parque Nacional de Ordesa con esquís de travesía.

Hay otro punto de inflexión en la relación entre montañeros y políticos y es la llamada lista Soro de los tresmiles del Pirineo oscense. Desde el Gobierno de Aragón se decidió crear un grupo de expertos para unificar la nomenclatura de las cimas de más de tres mil metros y al final se ha dejado de lado la historia del pirineísmo y  sus pioneros, muchos de ellos franceses  que daban nombre a sus hazañas conquistando cimas nunca ascendidas,  borrándolos  de un plumazo y sustituyéndolos  por otros nombres sobre los que han decidido unos “expertos” de manera cuando menos  arbitraria. Sinceramente, que le cambien el nombre al Soum de Ramond, pico emblemático de las tres Sorores en honor a Ramond de Carbonières, conquistador de Monte Perdido, y lo nominen como pico Añisclo no me parece muy original como tampoco que el pico Russel haya sido sustituido por Tuc del Cap de la Vall.

Me duele muchísimo que el pico Raymond d’Espouy aparezca en mapas de editoriales  aragonesas como pico Armeña cuando nuestro club ha honrado en varias ocasiones a este pionero que merece todo nuestro cariño por sus trabajos de investigación y topografía sobre el macizo de Cotiella.

Antes citaba a los GREIM de la Guardia Civil y su honrosa actividad de rescate en montaña. La FAM siempre ha estado al lado de ellos y propició la creación de diplomas universitarios que habilitasen a médicos para acompañar a los guardias en sus helicópteros.  Pues bien, a finales de la primavera saltaron las alarmas tras ciertas noticias publicadas en prensa provincial anunciando que el  GREIM que opera en Panticosa iba a ser rediseñado y muchos temíamos su desaparición. Al poco tiempo de publicarse esta noticia tan sospechosa salió la directora del Guardia Civil desmintiéndola en una visita a Jaca y anunciando un estudio para mejorar la eficiencia de este grupo.

Parece que los logros que entre todos se han ido consiguiendo pueden estar en la cuerda floja cuando quienes manejan los hilos de las regulaciones son técnicos o políticos que deciden desde las cuatro paredes de su despacho el devenir de tanta ilusión y tanto  benevolado   para que un recurso tan bello como nuestras montañas sea a la vez recurso de primer orden en lo que al turismo y el PIB se refiere y escenario de anhelos e historias de amor por el territorio que surgieron de un club  a mediados del  siglo pasado.

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