La Faja de las Flores

by MAB | 25 agosto, 2011 3:27 pm

 

 

Después de dos infructuosos intentos por fin conseguimos nuestro objetivo, llegar a la Faja de las Flores subiendo por Cotatuero y bajando por Carriata.

Llegamos a Torla a las 7,20 horas de la mañana, tras recoger todo y ponernos las botas salimos corriendo con intención de coger el autobús que estaba a punto de salir hacia la pradera.

Empezamos andar sobre las  8 horas, por el camino que se adentra en el bosque a la izquierda de la pradera, nos lo tomamos con calma porque la humedad era tal que hace que  sudemos rápidamente, y aun nos queda mucho por recorrer. Sin prisa pero sin descanso poco a poco nos vamos acercando a las clavijas de Cotatuero que  para Ramón era su principal objetivo.

Llegamos a las inmediaciones de las clavijas verticales y nos ponemos los arneses y nos preparamos para superar este paso.

Las clavijas verticales deben de estar pensadas para personajes gigantes porque no me llegan los pies y debo de  utilizar salientes de roca para asirme convenientemente.

Llegamos a las clavijas horizontales; Ramón, siguiendo la norma básica del anclaje  empieza y disfruta como un enano con el recorrido, yo me encuentro con el primer obstáculo, mi miedo, al final logro dejarlo un poco de lado y empiezo la primera parte del paso  que es pisar sobre roca que se ve gastada por las innumerables veces que se han utilizado, pero bien anclada a la sirga y superando el mal rato, sigo adelante, Pepe antes de emprender su paso se dedica hacernos fotografías, yo venzo mi miedo a base de pegar gritos  y exteriorizar el terror, avanzamos sin problemas, Ramón dándome ánimos y diciendo que se  lo está pasando  de maravilla, creo que a pesar de todo pasé menos miedo que la otra vez,  esta era mi segundo paso por estas clavijas.

Tras superar las clavijas nos queda una buena ascensión pero antes de seguir  paramos a reponer fuerzas y calmar la adrenalina que había corrido a mares; En el sitio donde descansamos  pudimos observar  y alguno de nosotros  probar, la cascada que baja del circo de cotatuero, el agua que arrastraba era blanquecina, me imagino debido a arrastre de partículas de las piedras por donde discurre.

Empezamos la marcha pues aun nos quedan unos metros para superar totalmente el desnivel previsto para hoy. Poco a poco nos vamos aproximando a la faja de las flores, no sin antes disfrutar del paisaje que se observa desde las inmediaciones, vemos la brecha de Rolando, el Casco, El Taillon, los llanos de Millares, el Marbore, el Cilindro, Monte Perdido etc. Hago un montón de panorámicas con la esperanza de que alguna salga bien.

Al comienzo de  la Faja  de las Flores nos paramos a comer, pues  lo que queda todavía es largo, muy bonito pero largo.

Al principio y en las zonas más  estrechas, lo paso algo mal por el miedo que me da pensar que si tropezamos no hay donde agarrarse y  que lo que tienes debajo son 2000 metros de caída libre ¡¡¡ufff!!! Pero Pepe y Ramón lo están pasando en grande, se paran a ver  las montañas que nos rodean, discuten sobre la ubicación de mayo etc.,

Nos encontramos con muchísima gente, debe de ser la época, porque la otra vez que vine no recuerdo que nos encontrasemos  a nadie, intentamos beber del agua que gotea de la montaña, porque a mitad de la faja nos quedamos sin agua, el día era uno de los  más calurosos de Agosto y  contamos con encontrar agua en algún sitio, pero  la ultima que vimos estaba en el circo de cotatuero.

Así disfrutando de lo que nos rodea y sin prisas llegamos al final de la Faja de las Flores que desde luego la recomiendo  a quien no la haya recorrido, pero los que tengan vértigo abstenerse.

Ya de bajada  tomamos por las clavijas de Carriata, otro reto, por lo menos para mí,  Ramón sigue disfrutando y Pepe vela porque yo no me  deje vencer por la histeria; al llegar a las clavijas, Ramón tira para abajo sin más,  cuando vi una clavija asomando al precipicio……, me entro el pánico, racionalmente pensaba que  no hay peligro que todo el mundo las pasa porque no las iba a pasar yo?. Así con este convencimiento, la cuerda que me ato Pepe al arnés, y las instrucciones de Ramón sobre  donde colocar los pies, superamos el primer tramo de clavijas comprobando fehacientemente que están pensadas para gigantes como he dicho antes.

El segundo tramo superado  igual que el otro, ahora  solo nos faltaba encontrar agua para poder descender sin problemas lo que todavía nos faltaba.

Pudimos comprobar que  la pequeña cascada que baja entre las clavijas y la fajeta, no estaba seca pero casi, así que solo pudimos humedecernos los labios. El  tramo que nos quedaba se hizo eterno y tortuoso por la falta de agua, además  como  nos íbamos metiendo en el bosque el cual por la mañana ya nos había hecho sudar por la humedad, pues ahora lo mismo solo que además íbamos cansados y muertos de sed.

Por fin llegamos a la carretera y de allí al rio, y sin precaución alguna bebimos unos cuantos tragos de agua para saciarnos un poco, al llegar a la pradera, llenamos las botellas de la fuente y  allí sí que pudimos hidratarnos bien.

Tras descansar,  comer e hidratarnos, hablamos de lo que nos había parecido la cosa, un poco larga y cargada de adrenalina, opiné yo, Ramón estaba encantado solo tenía la pega de la sed que habíamos pasado, Pepe que era el que nos guiaba estaba satisfecho con los acontecimientos, y también coincidia con el tema del agua.

 He puesto fotos en Picasa

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